lunes, 13 de abril de 2015

9- EL CAMINO DEL ALMA. Parte VIII: ‘grados madurativos’


            Amados Estudiantes:
                                               El Sol vierte Enseñanzas esotéricas de características básicas con el fin de avivar el interés por la investigación y el estudio, de manera que, a través del conocimiento histórico y esquemático de la evolución y de la constitución de la Vida y de las Leyes que La rigen, puedan las almas salir de las ilusiones y avanzar en entendimiento, hasta alcanzar La Comprensión.
            No es el objetivo de estas transmisiones especializar los temas y detallar explicaciones; no es esa nuestra intención, sino dar enseñanzas a manera de breves reseñas claras y precisas, que puedan impactar en la mente y el corazón de los aspirantes que buscan la Verdad, de manera que luego sean conducidos, por el mismo impulso interno de sano interés y entusiasmo, hacia un estudio más detallado y concienzudo.
            Estas Enseñanzas, a manera de reseñas temáticas sobre teosofía, gnosis y esoterismo, son ‘recordatorios’, a través de conceptos claves, de la importancia fundamental que el Conocimiento tiene para el avance de la Conciencia.

            El alma del hombre no puede iluminarse con inercia e inmovilidad, es decir, conformándose con fe ciega en creencias fijas, y sin reflexión. Los dogmas de fe, que pueden servir en una etapa en la cual el alma está saliendo de una vida meramente sensorial y materialista, deben ser más tarde trascendidos también, para dar lugar a una etapa de “sana disconformidad” ante lo establecido externamente como ‘la verdad’.
            Todas las Revelaciones en las que se han basado las religiones, y que se han cristalizado en forma de credos y dogmas, deben ser puestas bajo la lupa del examen y la inteligencia, sin miedos a cuestionar ‘lo establecido’ por cualquier supuesta ‘autoridad’ en la materia.
            Las almas que por fe y devoción acatan ‘la autoridad’ de los establecido como dogma, están en una etapa del Sendero a la cual podríase llamar “etapa infantil”. Estas almas necesitan de ‘la voz paterna’ para que les diga lo que es la verdad y cuál es el camino…, así como el infante confía ciegamente en el cuidado de sus padres… Pero cuando el alma crece y madura algo más, lo cual significa haber andado un trecho más en el Sendero, ya no se conforma con lo que ‘la autoridad’ afirma, puesto que comienza a ser impulsada a una sana rebeldía, necesitando ‘ver por sí misma’ cuál es la verdad, cuál es el camino… Esta es la “etapa álmica adolescente”, y la caracteriza la sana inquietud por experimentar y descubrir por sí misma.
            Recuérdese que nada tiene que ver la edad de la persona humana con la edad del alma, ya que mientras la edad personal se rige en años temporales, la edad del alma se rige según el grado madurativo de la Conciencia. Existen almas maduras y hasta sabias en cuerpo de niños, así como almas infantiles en cuerpos ancianos. Entender esto correctamente es importante, y es la razón por la cual a veces algunos niños con alma madura, suelen dar lecciones de conciencia ética a sus padres que, aunque mayores en edad física, demuestran ser menores en razón álmica.

            Todos estos temas encienden un cuestionamiento en las mentes que comienzan a vivir la ‘adolescencia álmica’, y de allí en adelante. La adolescencia del alma corresponde al ‘aspirante probacionista’ y a la primera etapa del discipulado, y a medida que el alma va madurando, a través de los procesos iniciáticos de comprensión, el discipulado se torna ‘consciente’, entrando así el hombre en la conciencia álmica autoconsciente, de la cual una vez que entró, ya jamás puede salir. Es decir que una vez que el ser humano descubre y comprende que es un ‘alma-espíritu’ en evolución, y que la muerte no existe, sino que todo es cambio y resurrección constante, entonces la conciencia ya no puede retroceder desde esa comprensión, sino que, a partir de ese ‘escalón’, seguirá avanzando, subiendo más y más por la montaña iniciática de la Vida Eterna.
            La etapa de la autoconsciencia álmica es análoga a la sana inconformidad, porque la comprensión lleva al estudiante por el sendero de continuas muertes y renacimientos de la conciencia. A partir de entonces es entendido que ‘el florecer’ es la tónica del alma, y que este proceso es constante. Es por este motivo que el alma ha sido comparada a una flor de loto, la cual, siendo primero un capullo cerrado, irá luego abriendo sus pétalos uno a uno al sol de la vida espiritual. La flor totalmente abierta, revelando el botón de luz en su interior, ‘el Ser’, en su centro, es el alma totalmente madura y con autoconsciencia espiritual. Pero esto… es un logro del cual la Humanidad, como conjunto álmico, está aún a considerable distancia evolutiva, siendo pocos los Egos adelantados que lo han logrado. Estos son los llamados Adeptos, los Mentores y Guías de la Raza.

            Reflexionen los estudiantes en los significados vertidos.
            En Luz nos despedimos, orientando hacia ese Loto Interno que sois cada uno de vosotros.




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