sábado, 11 de abril de 2015

8- EL CAMINO DEL ALMA. Parte VII: “Historia”


            El Sol remonta recuerdos del antepasado de la Humanidad, cuando el hombre fue hombre por primera vez, en el acto en el cual recibió “la chispa mental”: el hálito de fuego de la mente. Ocurrió a fines de la Era Lemuriana, hace 18 millones de años. Los Hijos del Fuego (o ‘Señores de la Mente’), Seres dotados del fuego de la Mente Cósmica, descendieron a las ya construidas formas materiales humanas (dotadas de cuerpo físico y materia astral), en una época en la cual el hombre tenía de ‘hombre’ tan solo su forma física pero adolecía de mente. Los ‘Ángeles de la Mente’ descendieron a dar ese principio interno intermedio llamado “mente”, que en el ser humano constituyó “el alma humana”(1).       
El humano de la 3° Raza era muy primitivo; tenía una forma física similar al pitecántropo que vuestra ciencia conoce (aunque de mayores dimensiones), pero los lemures eran todavía prácticamente animales, no hombres. Al recibir el fuego de la mente, “ese principio intermedio esencial” se unió la forma material (física y astral) con la contraparte superior, la Espiritual (Atma-Buddhi), y por primera vez el ser humano demostró trinidad (Atma-buddhi-manas), completándose así en su constitución los 7 principios que conforman al hombre completo, aunque todavía habría mucho que ‘construir’ con dichos principios.

            En el hombre Lemur, el hombre primitivo, aparece la mente pensante, operante a través de un cerebro, y aunque fue muy incipiente el despertar de las operaciones del pensamiento, determinó “un antes y un después” de aquel importante acontecimiento.
            Comenzó así un largo sendero kármico de aprendizaje de los Egos reencarnantes, pasando de una a otra vida humana mortal, aprendiendo lecciones, la mayoría a través del error y el dolor, creciendo cada vez más en el desarrollo de la mente.
            En la siguiente Raza, la Atlante, que apareció hace alrededor de 8 millones de años, el ser humano fue desarrollando, durante millones de años, la mente que había sido insuflada en la constitución lemuriana por los Ángeles del Fuego Mental. El hombre atlante pudo dominar la mente concreta, gracias a un mejoramiento del equipo biológico (especialmente del sistema cerebro-espinal), y la mayor posibilidad de desarrollo era la mente analítica. Llegar a poseer una mente analítica era, para el hombre atlante, el estado correspondiente, en aquella época, a la ‘Iluminación del alma’.
            Cuando aparece la Raza Aria, hace menos de 1 millón de años(2), el ser humano tiene delante de sí otro objetivo, el desarrollo de la mente abstracta, y para los más adelantados el despertar de la ‘mente intuitiva’ (Buddhi).
            Tales condiciones de Despertar se fueron produciendo en grupos de almas con el avance y preparación adecuados (especialmente en los últimos 40.000 años) y dieron por resultado el surgimiento, como nunca antes, de la ciencia, la filosofía, y el arte. La mente concreta fue superada por el desarrollo de la mente abstracta, y ciertos grupos de almas comenzaron a desarrollar el aspecto puro de la ‘mente divina’ (Buddhi) emparentada con la conciencia natural de la Unidad. Todo esto fue seguido por la elevada ciencia espiritual de los Ángeles del Fuego Cósmico, Quienes en sus laboratorios espaciales jamás han cesado de investigar posibilidades de ayuda a la evolución, para llevar ‘el Impulso evolutivo’ irrefrenable hacia los padrones arquetípicos solares.
            Hoy las almas se encuentran en procesos iniciáticos que podrán ser comprendidos de acuerdo al entendimiento de la historia del alma humana. Es por este motivo que reseñas cortas, pero claras y precisas, sobre historia de la humanidad, son ofrecidas a los estudiantes. Saber de dónde proviene el hombre, conocer su pasado, su creación y origen, y conocer su propósito en la evolución, puede permitir al estudiante conocer el justo lugar presente. Esto es necesario para que la mente se despeje de ilusiones y espejismos sobre lo que se puede esperar hoy, ya que todo en la evolución tiene sus tiempos. “Querer que las margaritas florezcan en invierno”, por mucho que se espere…, no ocurrirá, porque hay un tiempo adecuado, cíclico-estacional, para el florecimiento. Conocer esto, a nivel de las razas humanas, es necesario para los estudiantes, e implica una decisión: investigar y estudiar en profundidad.

            Nuestro aporte en esta oportunidad ha sido señalar la necesidad de revisión de las creencias y del estudio abierto, para llegar a entender, con luces claras en la conciencia, la posición actual del Hombre en la evolución. De esta manera, muchas ilusiones y fantasías que existen en la mente humana serán consumidas por el fuego del Conocimiento.
            Cuando la Energía de la Vida se traslada del plexo solar al corazón y a la cabeza, y el ser humano comienza a comprender, signo es de un camino que surca la 3° Iniciación (o 1° gran iniciación, desde el punto de vista de la Jerarquía).
            El Plan es el despertar de las almas.
            Que cada alma siga su camino según su más íntima necesidad.
            Luz en las mentes y Paz en los corazones.

PACEM IN CORDIUM
           


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1- Alma humana: El alma humana es como ‘una burbuja’ de energía mental sutil, individualizada.  El alma individual aparece recién al final de la 3° Raza, al recibir el hombre-animal Lemur, la mente.    

2- Raza Aria: Se cuenta que el Manú Vaivasvata eligió a un grupo de Egos (almas humanas) hace 1 millón de años para formar esta Raza, pero fue hace 100.000 años cuando una tribu de la 5° subraza atlante, los semitas, fueron aislados en las montañas para que aquellos Egos elegidos encarnen, dando inicio así a la 5° Raza, Aria. 




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