En esta oportunidad daremos una
explicación de cómo ocurren las experiencias que son atraídas por el alma
peregrina encarnada en la forma humana material, y cómo esto se relaciona con
‘el aura’.
Cada alma en la Tierra está en un
‘envase humano’ que corresponde a su herencia kármica. A la vez, la familia y
la cultura donde nace (encarna) el alma se ajusta a sus necesidades de
aprendizaje, lo cual también tiene que ver directamente con el karma.
Karma es ‘acción no completada’, o
bien, ‘aprendizaje incompleto’, el cual busca su integridad, su perfecto
acabado. Lo que está incompleto es “deuda kármica”. Karma también puede
entenderse como Ley de Retribución. A
cada acto, sentimiento y pensamiento corresponde una retribución semejante a su
naturaleza. Es decir, cuando el ser humano causa daño, el karma es la Ley de
Retribución que devuelve a su ‘originador’ el daño causado, en forma de
experiencia. Lo mismo ocurre con cualquier ‘bien’ causado, en cualquier forma.
El
acabado de toda acción incompleta es la Comprensión.
Comprensión
es acción íntegra, sin residuo, por lo tanto, sin karma.
Esas frases son para la reflexión.
Karma funciona como Ley de
causa-efecto, que vuelve como ‘boomerang’ a su ‘actor’. Esto se repite
incontable cantidad de veces, vida tras vida, hasta la Liberación final del
alma, en la cual, al disolverse la ilusión del “actor” (el yo psicológico) ya
no hay karma (ni bueno ni malo) debido a que el alma se funde con el Espíritu
inmortal universal. Pero esto es una escala de conciencia muy superior, de la
cual la Humanidad en su conjunto aún esta lejos. Todavía, en el presente
actual, Karma es la Ley vigente, es aprendizaje para las almas, y antes de que
llegue tal Liberación Final, el Alma de la Humanidad deberá atravesar
caudalosos ríos de experiencias, superándolas a todas con creciente
Comprensión.
Toda Liberación, en cualquier nivel, tiene que
ver con algún nivel de comprensión alcanzado; y la Liberación Final es la
Comprensión Total, lo cual es Nirvana
(extinción).
Todo
lo que el alma ha recorrido y aprendido en el ancho mar de la Vida, y todo lo
que le queda por recorrer en experiencia, está ‘dibujado’ energéticamente en el
aura.
El aura es la expresión visible
(para el clarividente) de la sumatoria de la conciencia(1).
El aura es ‘el rostro’ del alma,
pero dependerá de la profundidad con que se la pueda ‘leer’, para ver su
verdadera situación en el Sendero.
El aura es como ‘el vestido’ del
alma. Ese “vestido” revela la condición del alma, pone en evidencia su estado.
Esto es, claro está, simbólico, ya que el aura es de una gran complejidad
energética, y al simbolizarla con ‘un vestido’, habría que imaginar, en tal
caso, una vestimenta con variados atuendos y túnicas superpuestas…
En este ‘vestido’ están bordados
todos los acontecimientos pasados que dejaron huella de ‘experiencia con
marca’, es decir, eventos que han significado algo importante y movilizador en
el fuero interno del hombre.
En el aura se registran todos los
detalles, buenos y malos, “blancos, negros y grises”…, de todas las
encarnaciones por las cuales el alma ha atravesado; pero mientras algunos
registros son más perdurables (quedando de una encarnación en otra), otros son
pasajeros.
De todas las impresiones que se
registran son perdurables y más duraderas las que han dejado una huella de
comprensión o de gran dolor. Las experiencias de comprensión se alojan
en el “Cuerpo Causal” (el alma humana propiamente dicha, en el plano mental
superior); y las experiencias de dolor quedan especialmente en los
átomos permanentes astral y físico y como registro etérico. Estas últimas,
junto al karma (cierto porcentaje) que ha de afrontarse en la presente vida,
son las causas de muchas de las experiencias que el hombre atrae a su vida como
posibilidad de aprendizaje.
Es decir que: “Un gran porcentaje de lo que un
ser humano vive a lo largo de su vida está condicionado por las energías
tejidas en su aura, las cuales generan las condiciones, por Ley de Atracción,
de las experiencias de vida en sucesión”.
A medida que el alma avanza en
conciencia y va limpiando sus ‘vestiduras’ (el aura) de energías oscuras y
densas, cada vez está menos condicionada y va aumentando así su posibilidad de
elegir en forma consciente el camino a seguir. Es decir que, mientras haya
mucha ignorancia y oscuridad en ‘el tejido del vestido’ (vibraciones del aura)
esto atraerá mecánicamente y por Ley, condiciones de aprendizaje; pero a medida
que el alma crece en AUTOCONSCIENCIA también va lavando sus vestiduras, y es capaz de forjarse a voluntad un
presente y un futuro de luz y victoria.
Estos son bosquejos generales de un
conocimiento esotérico que, si se sigue en detalle, terminará por conducir al
estudiante hasta el estudio de las Iniciaciones del alma.
Por ahora, entender estos
‘bosquejos’ de ideas generales sobre “el alma y su mecanismo”, es una real
necesidad para muchas almas, y es por ello que lo damos, de manera simple y
clara, sin tantos tecnicismos.
Lo importante en todo eso es la
Comprensión, basada en un creciente ‘autoconocimiento’. Si estos informes
sirven en algo a tal propósito, justificado quedará el esfuerzo y la energía
puesta en manifestarlos.
Paz y Luz para todas las almas!
Instructor Interno
1- Sumatoria de la conciencia: En el aura se reúnen diversas energías de
diferentes niveles de conciencia: la conciencia de la personalidad, la
conciencia del alma, y la del espíritu (aún en embrión en la mayoría, excepto
en los “Espíritus Descendentes” o ‘experimentados’). Todas esas ‘conciencias’
están combinadas según es desarrollo de cada corriente de vida.
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