miércoles, 25 de marzo de 2015

2- EL CAMINO DEL ALMA. Parte II: “El aura”


            En esta oportunidad daremos una explicación de cómo ocurren las experiencias que son atraídas por el alma peregrina encarnada en la forma humana material, y cómo esto se relaciona con ‘el aura’.
            Cada alma en la Tierra está en un ‘envase humano’ que corresponde a su herencia kármica. A la vez, la familia y la cultura donde nace (encarna) el alma se ajusta a sus necesidades de aprendizaje, lo cual también tiene que ver directamente con el karma.
            Karma es ‘acción no completada’, o bien, ‘aprendizaje incompleto’, el cual busca su integridad, su perfecto acabado. Lo que está incompleto es “deuda kármica”. Karma también puede entenderse como Ley de Retribución. A cada acto, sentimiento y pensamiento corresponde una retribución semejante a su naturaleza. Es decir, cuando el ser humano causa daño, el karma es la Ley de Retribución que devuelve a su ‘originador’ el daño causado, en forma de experiencia. Lo mismo ocurre con cualquier ‘bien’ causado, en cualquier forma.

            El acabado de toda acción incompleta es la Comprensión.
            Comprensión es acción íntegra, sin residuo, por lo tanto, sin karma.

            Esas frases son para la reflexión.
           
            Karma funciona como Ley de causa-efecto, que vuelve como ‘boomerang’ a su ‘actor’. Esto se repite incontable cantidad de veces, vida tras vida, hasta la Liberación final del alma, en la cual, al disolverse la ilusión del “actor” (el yo psicológico) ya no hay karma (ni bueno ni malo) debido a que el alma se funde con el Espíritu inmortal universal. Pero esto es una escala de conciencia muy superior, de la cual la Humanidad en su conjunto aún esta lejos. Todavía, en el presente actual, Karma es la Ley vigente, es aprendizaje para las almas, y antes de que llegue tal Liberación Final, el Alma de la Humanidad deberá atravesar caudalosos ríos de experiencias, superándolas a todas con creciente Comprensión.
 Toda Liberación, en cualquier nivel, tiene que ver con algún nivel de comprensión alcanzado; y la Liberación Final es la Comprensión Total, lo cual es Nirvana (extinción).

            Todo lo que el alma ha recorrido y aprendido en el ancho mar de la Vida, y todo lo que le queda por recorrer en experiencia, está ‘dibujado’ energéticamente en el aura.

            El aura es la expresión visible (para el clarividente) de la sumatoria de la conciencia(1).
            El aura es ‘el rostro’ del alma, pero dependerá de la profundidad con que se la pueda ‘leer’, para ver su verdadera situación en el Sendero.
            El aura es como ‘el vestido’ del alma. Ese “vestido” revela la condición del alma, pone en evidencia su estado. Esto es, claro está, simbólico, ya que el aura es de una gran complejidad energética, y al simbolizarla con ‘un vestido’, habría que imaginar, en tal caso, una vestimenta con variados atuendos y túnicas superpuestas…
            En este ‘vestido’ están bordados todos los acontecimientos pasados que dejaron huella de ‘experiencia con marca’, es decir, eventos que han significado algo importante y movilizador en el fuero interno del hombre.
            En el aura se registran todos los detalles, buenos y malos, “blancos, negros y grises”…, de todas las encarnaciones por las cuales el alma ha atravesado; pero mientras algunos registros son más perdurables (quedando de una encarnación en otra), otros son pasajeros.
            De todas las impresiones que se registran son perdurables y más duraderas las que han dejado una huella de comprensión o de gran dolor. Las experiencias de comprensión se alojan en el “Cuerpo Causal” (el alma humana propiamente dicha, en el plano mental superior); y las experiencias de dolor quedan especialmente en los átomos permanentes astral y físico y como registro etérico. Estas últimas, junto al karma (cierto porcentaje) que ha de afrontarse en la presente vida, son las causas de muchas de las experiencias que el hombre atrae a su vida como posibilidad de aprendizaje.

            Es decir que: “Un gran porcentaje de lo que un ser humano vive a lo largo de su vida está condicionado por las energías tejidas en su aura, las cuales generan las condiciones, por Ley de Atracción, de las experiencias de vida en sucesión”.
           
            A medida que el alma avanza en conciencia y va limpiando sus ‘vestiduras’ (el aura) de energías oscuras y densas, cada vez está menos condicionada y va aumentando así su posibilidad de elegir en forma consciente el camino a seguir. Es decir que, mientras haya mucha ignorancia y oscuridad en ‘el tejido del vestido’ (vibraciones del aura) esto atraerá mecánicamente y por Ley, condiciones de aprendizaje; pero a medida que el alma crece en AUTOCONSCIENCIA también va lavando sus vestiduras, y es capaz de forjarse a voluntad un presente y un futuro de luz y victoria.

            Estos son bosquejos generales de un conocimiento esotérico que, si se sigue en detalle, terminará por conducir al estudiante hasta el estudio de las Iniciaciones del alma.
            Por ahora, entender estos ‘bosquejos’ de ideas generales sobre “el alma y su mecanismo”, es una real necesidad para muchas almas, y es por ello que lo damos, de manera simple y clara, sin tantos tecnicismos.

            Lo importante en todo eso es la Comprensión, basada en un creciente ‘autoconocimiento’. Si estos informes sirven en algo a tal propósito, justificado quedará el esfuerzo y la energía puesta en manifestarlos.

            Paz y Luz para todas las almas!

Instructor Interno




1-     Sumatoria de la conciencia: En el aura se reúnen diversas energías de diferentes niveles de conciencia: la conciencia de la personalidad, la conciencia del alma, y la del espíritu (aún en embrión en la mayoría, excepto en los “Espíritus Descendentes” o ‘experimentados’). Todas esas ‘conciencias’ están combinadas según es desarrollo de cada corriente de vida.






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